El TNF-α es liberado principalmente por los macrófagos. Su función más importante es controlar la actividad de diferentes células inmunes. La liberación de TNF-α puede producir apoptosis (muerte celular), proliferación celular, diferenciación celular y liberación de otras citoquinas. Causa fiebre y está relacionada con el desarrollo de caquexia cuando se padecen ciertas enfermedades.
Además afecta al metabolismo de las grasas, la coagulación, la resistencia a la insulina y la función endotelial.

La IL-6 tiene una función primordial en la compleja regulación y funcionamiento de la “orquesta” de las citoquinas y las células. La IL-6 tiene una posición clave en la transición de los mecanismos de inmunidad congénita y en los mecanismos de la inmunidad adquirida dentro del proceso inflamatorio. La IL-6 pertenece a la familia de las citoquinas que divide las subunidades del receptor de glicoproteína gp 130.

A través de controles de células T reguladoras (TReg) la cadena-α está implicada en la regulación de la inmunotolerancia. La concentración del receptor-α de interleuquina-2 soluble (sIL-2Rα) en suero tiene valor químico para la evaluación de la actividad de la sarcoidosis, rechazo de trasplantes y enfermedades autoinmunes. A diferencia de los marcadores de inflamación general como la PCR (proteína C reactiva) o la velocidad de sedimentación globular, el receptor de interleuquina 2 permite indicar el estado de activación de los linfocitos T.

Juega un papel importante en el grupo protésico de enzimas en el metabolismo pero también es importante en el núcleo para la regulación epigenética de la función del gen. Además, la biotina tiene un impacto en el crecimiento y la preservación de las células sanguíneas, las glándulas sebáceas, la piel, el cabello y las uñas.